Los tatuajes se realizan en la dermis, (la capa más profunda de la piel). Con el tiempo, como es natural, la tinta se desvanece para dar al tatuaje un aspecto más claro.
Los láseres médicos actúan fragmentando las partículas de tinta en partes muchos más pequeñas para que después nuestro organismo las reabsorba y las elimine a través del sistema inmunológico del cuerpo con el tiempo.
Generalmente, para eliminar un tatuaje son necesarias entre 4 y 8 sesiones, aunque dependerá de varios factores. Aunque la aplicación del láser es un procedimiento seguro, es un proceso delicado y se debe desarrollar por especialistas capacitados. En cuanto al número de sesiones van a depender de muchos factores como:
- El tamaño y los colores: Todos los colores oscuros como el negro, el azul, el rojo, amarillo, verde y naranja responden mejor al tratamiento. Los colores claros como el blanco o el beige puede que el láser no lo note y no pueda actuar sobre ese pigmento.
- Si lo realizó un profesional o un aficionado: Sera más fácil eliminar el tatuaje aficionado
- El tiempo que tenga el tatuaje: entre más nuevo es más difícil de borrar
- La densidad de la tinta: si está bien o mal pintado, en este caso conviene que este mal pintado porque hay menos cantidad de partículas de pintura para ser eliminadas.
- La zona del cuerpo: las zonas de piel fina (cabeza, cuello, escote femenino, muñeca) necesitan menos sesiones que las zonas de piel gruesa (piernas, brazos y espalda)
- El tono de la piel: ya que las pieles claras responden mejor al láser
PERO LA GRAN PREGUNTA ES
¿Qué esperar al eliminar un tatuaje?
La buena noticia es que en este tema se ha avanzado muchísimo y al usar el tipo de láser correctamente (en cuanto a los Hz y ondas) hace que no quede rastros de tinta. Anteriormente los primeros láseres quirúrgicos usados para eliminar tatuajes, como el láser de CO2 eliminaba el tatuaje en una sola sesión pero dejaba la famosa cicatriz blanca con la forma del tatuaje que se denominó “la imagen invertida del tatuaje”. Actualmente se utiliza un tipo de laser específico, pero son procesos largos y con cuidados previos y posteriores. Lo mejor aún es que te puedes volver a tatuar la zona donde eliminaste el tatuaje una vez haya pasado el tiempo correspondiente.
Por último un tema muy importante es que este procedimiento puede llegar a cicatrizar mal y formar queloides. Si eres una persona que sufre de esta condición debes pensar bien antes de realizar el procedimiento porque los queloides no se pueden tatuar.